El cannabis es legal en Canadá, pero casi el 60% de los consumidores siguen comprando hierba de forma ilegal.
El cannabis pasó a ser legal tanto para uso médico como recreativo en Canadá el 17 de octubre del 2018.
A pesar de que el cannabis es ahora legal y hay cientos de dispensarios en todo el país que ofrecen varias presentaciones de la hierba, algunas personas todavía prefieren comprarle a los distribuidores del mercado negro.
Entonces, ¿por qué se sigue vendiendo cannabis en el mercado negro? ¿Cuál es el problema de la hierba legal en Canadá?
→ Read in English: Low-Quality Cannabis Is Driving Illegal Sales in Canada
En pocas palabras, la gente sigue comprando cannabis en el mercado negro en Canadá porque la hierba legal no está a la altura de la ilegal. En general, el cannabis que se compra en el mercado negro es de mucha mejor calidad que los cogollos disponibles en los dispensarios.
Los precios del cannabis legal también son lo suficientemente altos para desanimar a la gente. Es común encontrar cannabis de alta calidad en el mercado negro a la mitad del precio de los cogollos promedio que se venden en los dispensarios.
Si sumamos los precios inflados y los cogollos de baja calidad, tenemos la receta para un cliente decepcionado.
Según los datos de Statistics Canada, el 60% de los canadienses sigue comprando cannabis en el mercado negro o de fuentes que no son “totalmente legales”. Entonces, ¿cuál es el problema con el mercado legal del cannabis?
La razón por la que el cannabis legal no resulta atractivo para muchos no se debe a los fabricantes de cannabis, los propietarios de negocios o los trabajadores de los dispensarios.
Las empresas que producen y distribuyen cannabis recreativo y medicinal están haciendo el mejor trabajo que pueden mientras intentan trabajar dentro de las leyes canadienses.
El principal problema son las leyes y los reglamentos que rodean el mercado del cannabis. La calidad y el precio del cannabis legal se ven directamente afectados por la legislación gubernamental. Aunque las empresas se propongan ofrecer al mercado hierba de alta calidad a un precio justo, estas regulaciones se interponen en el camino para mantener la calidad y los márgenes de beneficio.
Echemos un vistazo a las principales razones por las que el 60% de los consumidores de cannabis canadienses prefieren recurrir a sus distribuidores del mercado negro.
Uno de los principales problemas del cannabis legal es el empaque con el que se vende. El gobierno canadiense ha exigido que todo el cannabis se venda en empaques no discretos. El cannabis debe venderse en grandes contenedores de plástico y no en las pequeñas bolsas a las que estamos acostumbrados.
Los distribuidores también deben asegurarse de que el envase no contenga más de 1000 mg de THC. Esto significa que comúnmente hay tan sólo dos o tres gramos de hierba en un empaque grande. Este es un entorno poco ideal para el cannabis; el exceso de espacio y aire en el empaque reseca las flores.
Estos requisitos de empaquetado obligan a las empresas a almacenar el cannabis de forma inadecuada. El almacenamiento inadecuado tiene efectos negativos en la calidad del producto y en la forma en que se fuma. No es raro encontrar grandes empaques con dos gramos de cannabis seco e insípido en su interior.
Cuando el cannabis se almacena en estas condiciones, las flores se secan completamente y pierden sus sabores y aromas. Algunos cannabinoides comienzan a descomponerse y las flores empiezan a desprenderse de sus tricomas llenos de THC. Estas resinas se adhieren al interior del gran contenedor en el que se almacena la flor.
La vieja y fiel bolsa en la que se ha vendido el cannabis durante décadas en el mercado negro es en realidad una forma mucho mejor de distribuir el producto. Las cualidades herméticas de una pequeña bolsa que envuelve firmemente la flor impiden que el cannabis se seque.
Desgraciadamente, las regulaciones que el gobierno canadiense ha desarrollado impiden a los dispensarios vender su cannabis de esta manera. Estas regulaciones conducen, en última instancia, a la venta de cannabis de mala calidad y desaniman a la gente a gastar su dinero en los dispensarios.
El empaquetado legal del cannabis también causa otros problemas que empujan a la gente a volver a los distribuidores del mercado negro, lo que nos lleva a nuestro siguiente punto: el precio.
El cannabis legal en Canadá es mucho más caro que el del mercado negro. De hecho, en un dispensario, no es raro pagar el doble de lo que vale la hierba en la calle. Esto se debe a un par de factores comprensibles, como los impuestos y los costes operativos del negocio.
Sin embargo, otro factor es el propio envase que hace que el cogollo sea tan poco atractivo para los consumidores. Como ya mencionamos, el gobierno canadiense le exige a los distribuidores que vendan las flores en grandes contenedores. Además, hay una larga lista de requisitos del etiquetado, los empaques deben ser a prueba de niños, se requieren elementos de seguridad, una impresión no discreta, entre otras cosas.
El cumplimiento de estos requisitos dispara los costes de los distribuidores. Es probable que gran parte del dinero que se gasta en un par de gramos en un dispensario se destine al costoso envase. Un contenedor grande con seguridad para niños no es comparable con una pequeña bolsita transparente que cuesta unos cuantos céntimos.
Cuando se combinan los costes del envase con los impuestos del 5 al 10% (dependiendo de la región) y los costes asociados al negocio (como el alquiler, los empleados y los costes del producto), se puede ver por qué el precio del cannabis legal es tan alto.
Al comparar los costes de funcionamiento de un distribuidor de cannabis legal con los de un traficante callejero, podemos determinar por qué la hierba del mercado negro es mucho más barata.
Al igual que en el mercado negro, la potencia del cannabis legal varía mucho. Sin embargo, varios consumidores de Canadá han denunciado las inconsistencias en la potencia del cannabis en sus dispensarios locales.
Incluso las grandes empresas como Canopy Growth Corp han sido objeto de escrutinio por el falso etiquetado de sus productos cannábicos. El problema es que los grandes productores de cannabis no comprueban los niveles de potencia de cada lote de cannabis producido. En cambio, utilizan un enfoque de etiquetado estático que etiqueta cada cepa con su mayor contenido de THC.
El problema del etiquetado estático es que cada lote de cannabis puede variar mucho en cuanto al contenido de CBD y THC. Cada maceta puede estar etiquetada con un 20% de THC, por ejemplo, pero los cogollos en realidad pueden contener un porcentaje distinto del cannabinoide.
Muchos consumidores afirman haber encontrado porcentajes inferiores a los anunciados en el etiquetado de los cogollos de sus dispensarios. Probablemente, esto se debe a la producción en masa de la hierba combinada con las malas condiciones de almacenamiento.
Por supuesto, es poco probable que un distribuidor local del mercado negro analice el cannabis que vende. Sin embargo, es factible que los distribuidores del mercado negro cultiven en lotes más pequeños con mayor atención y cuidado. Esta podría ser la razón por la que la gente reporta que el cannabis ilegal es mucho más potente que el legal.
Ahora que el cannabis es legal en Canadá, la venta ilegal de la planta pasa por debajo del radar en la mayoría de los casos. Algunas personas han encontrado incluso zonas grises en la ley que les permiten vender cannabis sin “vender cannabis”.
Personas como Jay LeBourque, de Moncton, dirigen negocios dentro de una zona gris legal para competir con las tiendas gestionadas por el gobierno que no ofrecen productos de alta calidad a precios razonables.
LeBourque abrió su salón, A Touch of Grey, el día después de la legalización. Vende pegatinas a precios que oscilan entre los 3 y los 30 dólares. Cuando alguien compra una de estas pegatinas, él le regala cannabis. Así es como evade las normas establecidas por el gobierno canadiense.
Según la ley canadiense, está permitido regalar 30 gramos de cannabis al día a cualquier persona. Esto permite que Jay venda unas 15 pegatinas con un regalo de dos gramos de cannabis.
La gente está contenta con la calidad del cannabis que se regala en este salón, y como técnicamente no se vende, se puede regalar en pequeñas bolsitas, lo que garantiza que los cogollos se conserven bien.
El hecho de que el cannabis de alta calidad se venda de esta manera y la gente prefiera comprarlo así demuestra que algo ha ido terriblemente mal durante el proceso de legalización.
Si el cannabis va a estar totalmente regulado en Canadá, algunas cosas tienen que cambiar antes de que los consumidores experimentados empiecen a confiar de nuevo en la hierba legal.
Para atraer a más clientes, incluyendo a las personas que todavía compran hierba ilícita, hay que cambiar muchas cosas.
En primer lugar, el gobierno debe evaluar su legislación y los requisitos para los distribuidores de cannabis. Permitir que los distribuidores utilicen bolsas con cierre en lugar de grandes contenedores mejorará la calidad del cannabis en el momento de la venta y reducirá los precios para los consumidores.
Si el gobierno quiere obtener más impuestos de las ventas de cannabis, tiene que hablar con los productores, distribuidores y consumidores para mejorar las regulaciones. Parece que el gobierno canadiense no es especialmente inteligente en lo que respecta al cannabis; por lo tanto, un asesor con experiencia en el sector mejorará el mercado para todas las partes.
El gobierno tiene un gran control sobre el mercado del cannabis, y aunque es comprensible y sensato que el mercado esté controlado, deberían dejar algunos de los detalles más finos a los expertos.
También hay que hacer ajustes en la producción. En la actualidad, cuesta más de 500,000 dólares canadienses montar una granja de cannabis legalmente. Esto hace imposible que la mayoría se establezca en el negocio, especialmente aquellos que han estado cultivando durante décadas antes de la legalización (los que realmente saben cómo cultivar potentes cogollos).
Si el gobierno ajusta los costes de instalación, deberíamos ver a más gente experimentada entrando en el mercado. Es decir, los amantes del cannabis podrán cultivar para los consumidores en lugar de que las grandes empresas produzcan cannabis en masa para un gran mercado.
Sería injusto decir que todo el cannabis que se vende en el mercado negro es mucho mejor que el que se vende legalmente en los dispensarios de Canadá. Sin embargo, la división del mercado muestra definitivamente que los consumidores siguen prefiriendo comprar la hierba a su amable distribuidor local.
Esto demuestra por sí solo que hay un problema en la industria del cannabis en el país.
El hecho de que el cannabis sea legal en Canadá es algo brillante. Sin embargo, todavía hay un largo camino por recorrer antes de que el mercado esté donde la gente quisiera. El mundo del cannabis legal está lleno de cepas fuertes y de cannabis de alta calidad, pero las regulaciones mal pensadas lo perjudican.
Algunas regulaciones garantizan la seguridad del consumidor y que el cannabis se cultive adecuadamente y con los más altos estándares. Sin embargo, hay otras regulaciones que parecen contrarrestar estas legislaciones beneficiosas.
La verdad es que muchas empresas están produciendo algunas variedades de cannabis que son muy potentes y están llenas de sabor.
Sin embargo, no importa lo bien que se cultive una planta de cannabis o lo potente que sea la cepa; si se almacena de forma inadecuada, va a perder su aroma, sabor y parte de su potencia.
En conclusión, creemos que debe haber algunos cambios legislativos importantes para mejorar la calidad de la hierba legal, aumentar su potencia y bajar su precio antes de que el consumidor promedio de cannabis se sienta cómodo comprando legalmente.